Experimento fallido

Suicide circle
自殺サアクル
Solo en un pais como Japon un director puede compaginar cintas cargadas de estrellas con videos pornos gay, mientras cultiva una reputacion como poeta experimental en sus ratos libres.
Esta singular trayectoria, es la que nos ofrece Sion Sono, cuyo Suicide Club esta plagado de estrellas como Matasoshi Nagase o Ryo Ishibashi, y al mismo tiempo le podemos encontrar rodando mediometrajes en video digital.
Con estos antecedentes, no nos puede sorprender que Suicide Club sea una película especial, que podemos decir de su secuencia de arranque en la que 54 colegialas perfectamente uniformadas se lanzan cogidas de la mano a las vias de la estacion de Shinjuku al tiempo que pasa el expreso de la linea Yamamote, cubriendo a lo asombrados transeúntes en una masa sanguinolenta, a la vez que autenticos geysers de sangre inundan todo el anden de la estacion.
Bienvenidos al evento estelar de la noche, olvidaros de las palomitas y las chucherias……
En el mismo anden, aparece una misteriosa bolsa de deportes blanca, cuyo contenido resulta de lo mas macabro, un rollo de tela formado por retazos de piel de victimas jóvenes cosidos unos a otros, suponiendo que detrás del suicidio colectivo puedan esconderse asuntos aun mas turbios la policia empieza a indagar.
La investigación se encarga a una pareja de detectives, el 1º es un hombre de mediana edad que solo encuentra reposo a los maltragos de su trabajo refugiandose en su familia (Ishibashi, el prota de Odishon), el 2º es un soltero empedernido (Nagase) y juerguista.
Pronto los detectives se encuentran en un carrusel imparable de suicidios colectivos, pues los imitadores no solo no tardan en aparecer sino que lo hacen con mayor fruición cada vez, a medida que los cadáveres se van amontonando la investigación avanza con paso lentos pero firmes en torno a una misteriosa web en la que se anuncian las inmolaciones antes de que estas sucedan. Todos esos eventos aparecen tambien relacionados con un grupo pop de masas formado por ninfas prepubicas llamado alternativamente Desert, Dessert, Dessret, cuyas aparentemente inocentes letras ocultan en realidad oscuros mensajes subliminales.
Suicide Club, se propone ser una parodia del consumismo y las modas pasajeras que marcan el estilo de vida occidental, convirtiendo al suicidio colectivo y los despojos de piel humana en el ultimo grito del fashionvictimismo. La introducción del elemento de investigación policial aparece un poco forzada, introduciendo una distracción innecesaria en la trama principal y constiuyendo una de tantas desafortunadas decisiones del director. Aparte de algunos momentos brillantes, es una obra claramente desestructurada en su desarrollo, elementos y piezas del puzle aparecen diseminados sin ton ni son a lo largo de todo el metraje sin aportar ninguna coherencia al conjunto , para mas INRI el autor trata de puntuar momentos dramaticos bañadonlos en gore, con lo que el resultado final es una masa de hemoglobina oscura y confusa.
Es una lastima, porque alguno de los temas que subyacen en el universo de Sono, son muy llamativos, el choque generacional entre el policia de mediana edad que se introduce en el mundo de los chat y del pop gominota, y el asombro y la incomprensión que le produce, o la recreación del suicidio como una tendencia de moda entre los jóvenes, existen elementos en la cinta para hacerla un filme controvertido,y rupturista, pero quizas lo unico rompedor de la película sean los litros de sangre que inundan la pantalla en la secuencia inicial.
Con su combinación de escenas provocadoras e intenciones transcendentes , suicide Club podia haber seguido la estela de obras como Battle royale o Odishon y convertirse en un film de culto valorado positivamente tambien por la critica pero el torpe manejo de Sono ha dejado todo ese potencial en agua de borrajas, y limitado su atractivo a sorprender a vuestros amigos cuando les enseñeis la escena inicial , pero no se si podreis mantener el interes mucho mas.